La verdad absoluta abarca todas aquellas cosas que creemos aplican de manera universal, como las leyes naturales. Si creemos que una declaración o idea plantea una verdad, a veces esperamos que otros lo sigan y apliquen. ¿Qué creo yo que es lo justo y verdadero? ¿Creo que todos somos iguales? ¿Significa eso que todos tenemos los mismos derechos y obligaciones? ¿Debe todo el mundo seguir las ideas y leyes que yo creo son certeros? De la misma manera que muchos de nosotros esperamos que la luz se encienda cuando pasamos el interruptor, así creemos que las leyes escritas controlan todo lo que hacemos. En cierto sentido, las leyes escritas generalmente están diseñadas para definir el comportamiento esperado y regular nuestra libertad de acción.
¿Por qué hay tantas personas que incumplen las leyes escritas? Quizás sea porque no estamos conscientes de ello o porque cada uno de nosotros tenemos un punto de vista diferente de como las leyes aplican a nosotros. Por ejemplo, la historia nos ha demostrado una y otra vez cómo ciertas leyes que prohiben matar a otras personas han sido ignoradas por algún motivo "superior". Como cualquier abogado nos puede confirmar, las leyes generalmente están abiertas a la interpretación. Aquellos que las crean visionan situaciones en las cuales aplican y razones para aplicarlas. De alguna manera cada uno de nosotros debemos interpretar estas leyes y tomarlas en consideración en nuestras vidas cotidianas. En caso de que violemos la ley hay otros encargados de asegurar que se cumplan y se apliquen las sanciones de acuerdo al caso.
En muchos sentidos debemos ganarnos nuestra libertad. Cuando vivimos en una sociedad hay leyes que debemos entender, aceptar y aplicar, que nos ayudarán a operar con mayor transparencia. Está muy claro para mí que aquellas sociedades donde se aplica el respeto y la confianza en la ley y en cada uno de sus ciudadanos, el coste de mantener la ley y el orden es mucho más bajo. Aunque nos dedicáramos a vivir solos en un bosque, las leyes naturales como la supervivencia del más apto y la gravedad nos afectarían. En fin, operaríamos de manera óptima en harmonía con la naturaleza y sus leyes.
Hay escuelas de pensamiento que predican un conjunto de leyes y reglas que aplican a todas las personas. Para mí la mera existencia de una multiplicidad de escuelas de pensamiento de todo tipo me hace pensar que es natural para los humanos interpretar las ideas y leyes, y adaptar la forma en que se aplican. Aún leyes como aquellas expresadas en los derechos humanos o "no mataras (bajo ninguna circunstancia)" parecen tener muchas excepciones cuando se trata de nuestro comportamiento local. Para que las leyes de este tipo se apliquen de manera eficaz, cada individuo debe tener respeto y confianza en el prójimo y la sociedad a la cual pertenece.
Las leyes naturales tienden a ser universales y aplican a nosotros independientemente de como los interpretemos. Por otro lado, las leyes escritas tienden a aplicar a grupos definidos y requieren interpretación y aceptación. En este sentido las leyes escritas deben respetar nuestra individualidad tanto como nosotros debemos aceptar nuestra responsabilidad hacia el colectivo. En nuestra vida cotidiana debemos balancear nuestros derechos con nuestras obligaciones como ciudadanos y participar activamente en la definición de leyes para asegurar que sean representativas y que no den lugar al abuso. Es natural para nosotros aplicar las leyes en las cuales creemos, y cualquier idea o ley que se imponga de manera unilateral seguramente encuentre resistencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hermosa reflexión, que comparto al ciento por ciento.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Sebastían. Se agradece el feedback :-)
ResponderEliminar