martes, 23 de marzo de 2010

¿Cómo medimos el progreso?

Uno de los aspectos en los que una gran cantidad de dirigentes falla es en el cumplimiento de la visión. Si somos serios acerca de la consecución de los objetivos establecidos en la visión, entonces es imperativo que se mida el progreso. Por ejemplo, ¿cómo sabremos que hemos reducido la pobreza? ¿Será mientras que la caridad puede distribuir suficiente alimento o cuando los pobres son capaces de sustento por sí mismo? Para garantizar el éxito, parte del plan de implementación debe incluir métricas y una forma de identificar las razones por las desviaciones. Debe haber suficiente información disponible para determinar dónde se están utilizando los recursos y cuál es el nivel de cumplimiento con el plan. Además, otros indicadores como el número de casos resueltos por unidad de moneda, dan una idea de la eficacia de la política de inversión.
¿Asumimos la responsabilidad plena de las consecuencias o culpamos a los demás? Una de las características del liderazgo negativo es culpar a otros por las desviaciones en el plan. Si hay alguna responsabilidad sobre la cual los líderes tienen el control directo, sería la búsqueda de información, la toma de decisiones y la gestión de la ejecución. En este sentido, pienso que los líderes tienen la obligación de interpretar la información correctamente, comprender el contexto y actuar en consecuencia.

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